Hoy ha sido uno de esos días en que la sonrisa de satisfacción dura tanto como las pilas del anuncio. No es para menos, nuestro primer Taller de Scratch ha sido un éxito de crítica y público. Entregados desde el primer bloque mover 10  pasos hasta el último reto que hemos planteado. El broche final lo ha puesto Crocky, el cocodrilo construido con Lego WeDo y con el que los asistentes han podido comprobar que si bien Scratch es divertido, con WeDo forman una pareja demoledora.

Hemos comenzado con los bloques más sencillitos, mover, cambiar de apariencia, reproducir algún sonido… y se les ha dado muy bien. Poco a poco hemos introducido alguna sentencia de control, inicio de programa, condiciones, bucles… y todo a base de bloques de colores y sin tener ni idea de programación (ni falta que nos ha hecho). Metidos en harina hemos resuelto varios retos, e incluso los hemos complicado un poquito más porque el respetable nos ha salido espabilado.  Se nos han pasado las 2 horas previstas en un pis-pas.

Lo mejor, las risas cuando veían como correteaban los dibujillos por la ventana y la facilidad con la que lo entendían todo y lo aplicaban. Nos han pedido más talleres y no nos quedará más remedio que preparar el siguiente a conciencia, nobleza obliga.

Mientras tanto, colgaré en el blog distintos retos para entretenernos algún rato. Tengo en la cabeza un par de ideas así que en cuanto las tenga listas, os las propongo.

Gracias una vez más por vuestra participación. Os dejo con unas secuencias del taller.