ITV con un Nissan Leaf. ¿Trick or treat?

Quien tiene un coche eléctrico tiene una fuente inagotable de anécdotas, pero creedme si os digo que la que hoy protagoniza esta entrada es de premio.

Mi Nissan Leaf ha cumplido 4 años y debía pasar por la Inspección Técnica de Vehículos. Como tengo acostumbrado por anteriores revisiones, solicité cita previa desde la web y me agradó encontrar la opción de «sin combustible» a la hora de seleccionar el tipo de vehículo a revisar.

SinCombustible

El día fijado me acerqué hasta las instalaciones de la estación. Al entregar la documentación y al comprobar que tenía cita previa, la señorita que me atendió me dijo que no había seleccionado tipo de combustible. Le dije que el coche era eléctrico, a lo que replicó: -«¿completamente eléctrico». -«Completamente, créeme», respondí yo. Tras pagar religiosamente (por cierto, más barato de lo habitual por no necesitar comprobación de emisiones), me coloqué en el carril adecuado y esperé indicaciones. El primer técnico con el que hablé también me preguntó si el coche era eléctrico y entonces me pidió que esperase, que tenía que consultar como proceder. No voy a negarlo, cierta desazón se apoderó de mí, aunque no fue para tanto porque en 5 minutos ya tenía al técnico de vuelta con un encargado que le explicó las peculiaridades de la revisión de un eléctrico y comenzó la faena.

Entrada

Quiso la casualidad que un cambio de turno coincidiese con mi revisión, congregando a numeroso personal que comenzaba o finalizaba su turno, de modo que mientras el operario se afanaba en la comprobación rutinaria de puntos de control, tuve una especie de «Tengo una pregunta para usted» con 5 ó 6 técnicos curiosos e interesados por las particularidades del Leaf. Una lástima que el vehículo eléctrico no se promocione a nivel nacional. Lejos queda ya la duda sobre eléctrico-fosil-hidrógeno. El siguiente paso en la movilidad personal será eléctrico pero este país parece que no quiere darse cuenta, máxime teniendo sobre nuestras cabezas ingentes cantidades de horas de Sol al año (oh, wait!). Preguntas tales como autonomía, consumo, potencia, conexión eléctrica, velocidad, instalación de punto de recarga, son completamente naturales y dado el escaso calado de la movilidad eléctrica en nuestra sociedad, generan expectación, duda y finalmente sorpresa al reconocer que además de la economía de uso, el innegable confort y las estupendas cifras de potencia, velocidad y par motor, un coche eléctrico es ideal para ambiente urbano y capaz de servirnos para el 95% de los desplazamientos anuales (aunque eso lo dejo para la siguiente entrada sobre el Leaf).

Revision

Tras la entrevista, la revisión avanzó rápido saltándonos la prueba de emisiones de gases. Paramos sobre el foso y al terminar la revisión de bajos, el técnico me consultó sobre la potencia del motor ya que la ficha técnica solo hablaba de caballos fiscales. Efectivamente, ni rastro de los 80 KW (ó 109 CV tradicionales). Si alguien conoce la razón por la que no esté reflejado, que nos ilustre, por favor.

Finish

Minutos después ya estaba listo para recoger el informe sellado pero ¿no os había hablado de una traca final?. Cuando llegó mi turno, el administrativo buceó entre varias pantallas del programa de gestión. Algo no terminaba de cuajar. Tras unos tensos segundos (lo se, soy un poco peliculero), la impresora escupió este informe:

ITV-NissanLeaf-EditedFectivamente. Lo habéis leido. El informe de la ITV no es válido. El sistema no está preparado para validar vehículos que no emitan gases contaminantes. Otra prueba de lo lejos que estamos de liberar nuestras ciudades de humos y polución. Me pidieron que esperase un poco para ver si en la oficina podían solucionarlo manualmente, pero tras esperar unos minutos, les dije que tenía prisa y me dieron de manera temporal el informe que habéis visto, asegurando que me llamarían en cuanto lo tuviesen arreglado. Dos días después recogí el documento definitivo.

¿Qué se puede resumir de esta experiencia?. Que aunque mi revisión pudo haber terminado en la mitad de tiempo y sin necesidad de pasar una segunda vez a por allí, el trato con el personal fue cordial, disculpándose por las molestias e interesándose por los entresijos de un coche a pilas. En breve pasarán muchos más Leaf por talleres de ITV y su trance será seguramente mucho más liviano que el mío, pero eso es lo que tiene ser early adopter, queridos.

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